lunes, 20 de agosto de 2007

La calavera toma vino en cartón

Mucho se ha dicho sobre la muerte, es por esto que no nos cansamos de ver a este saco de huesos como una macabra musa, recurrente en toda conversación de café y cigarros baratos.

La verdad es que comentar acerca de algo tan manoseado resulta redundante, a menos que creamos que este fémur-cabeza-mano con "capa", este mismo ser de voz grave y sustanciosa, baila villera mientras nosotros nos acercamos al mostrador de los lamentos.

Aceptémoslo, esta calavera con patas se ríe de nosotros, se aprieta las costillas, mientras mueve los pies al ritmo de “Damas gratis”, porque la muerte es flaite.

Sí, señores y señoras es flaite, anda con un cuchillo por debajo del pantalón a media raya, y lo que creemos que es una túnica, no es más que un polerón con capucha marca Chanchoux.

Este ente sombrío gusta las esquinas mal iluminadas y visita los puestos para conseguir un poco de su elíxir.. el vino en cartón. Aquella caja con jugo yupi y alcohol, es su mayor deleite. Y es en ese momento cuando le encontramos la explicación a los muertos que vuelven a la vida, eso ocurre en el instante en que los huesos de nuestra odiada amiga comienzan a broncearse en la cantina.

Aunque todos crean que la muerte es un ser serio y de pocos amigos, yo les digo lo contrario, hay aquellos que la quieren tanto que hasta comparten un “vinacho” con ella (esos son los que se van a negro).

Tristemente esta señora de patas flacas y dedos largos, no perdona a nadie, traiciona al que se le ponga “jugoso” o tire “mucho chocolate al suelo”. Más no se preocupe, la muerte es inofensiva... sólo cuando le pregunte “socio, tiene una gamba que empreste”, no sea amarrete y dele la platita, como dicen por ahí nadie tiene la vida comprada.. pero quien dijo que con la muerte no se puede regatear.

Recuerde, no tenga miedo si la ve... sólo no pase por el túnel, vaya hacia la luz... no para lo oscurito.